Trinidad y Tobago inicia proceso de despenalización de la marihuana

Crédito de fotografía: Ndispensable en Unsplash.com.

A finales de 2018, el primer ministro Keith Rowley anunció que el Gobierno de Trinidad y Tobago despenalizaría la marihuana a partir de junio de 2019 –pero como las discusiones se han extendido en julio, el público se pregunta qué implicará exactamente esta propuesta de ley y cuándo podría entrar en vigor.

Si aprueban esta ley, Trinidad y Tobago se unirá a las naciones caribeñas que despenalizaron el cannabis en un esfuerzo por reducir el narcotráfico, aligerar la carga del sistema judicial, garantizar la inclusión religiosa y ayudar a impulsar las economías locales.

La primera declaración del primer ministro al respecto sorprendió a muchos, pues antes había afirmado categóricamente que la reforma a la ley de la marihuana no era su prioridad. No obstante, los cambios recientes que realizaron algunas naciones de la región, como Jamaica y Antigua y Barbuda, así como el incentivo constante de parte del público y la Comunidad Caribeña (CARICOM), aparentemente influyeron en la postura del gabinete.

La ley actual

En Trinidad y Tobago se arresta con frecuencia a muchos ciudadanos por posesión de marihuana. Aunque estas detenciones no siempre terminan en reclusión, por lo general van de la mano con una comparecencia ante el tribunal.

De acuerdo con la ley actual del país, la posesión de marihuana se sanciona con una multa de 25 000 dólares de Trinidad (aproximadamente 3690 dólares estadounidenses) y una sentencia de cinco años en prisión, pero pueden duplicarse dependiendo de la cantidad de marihuana encontrada, y también si el acusado ha recibido o no condena previa. Es más, la acusación puede llegar a posesión si se descubre en un espacio privado –como la casa o el auto– a menos que se pruebe que estaba sin el conocimiento del acusado.

Despenalizar significaría que la posesión de cannabis para consumo personal no conllevará sanciones. El fiscal general, Faris al-Rawi, terminó de redactar oficialmente la ley, que afirma, contiene particularidades como la cantidad autorizada por persona e información sobre la producción y distribución.

No obstante, la despenalización no significa que la van a legalizar.

Aunque se llegara a aprobar la nueva legislación, el consumo de marihuana en espacios públicos continuará siendo ilegal, por lo que las sanciones correspondientes probablemente seguirán siendo elevadas. En su primera conferencia de prensa al respecto, el primer ministro Rowley recalcó que su gobierno solo se enfoca en despenalizar por el momento.

Tráfico de drogas

Una de las principales razones para impulsar la nueva legislación son el efecto que se prevé tendrá sobre la policía local y el sistema judicial. Al establecer una diferencia entre el consumo de marihuana y el tráfico de drogas, la nueva ley por lo menos depuraría la acumulación de casos en los tribunales pues no procesarían casos por consumo personal –e idealmente contribuiría a reducir los niveles de tráfico.

Trinidad y Tobago experimenta constantemente los efectos del tráfico de drogas en las islas y esta diferencia posiblemente permita que la policía se enfoque más en los traficantes y contrabandistas de drogas, con lo que se asignaría más tiempo, dinero y recursos a reprimir actividades delictivas más perjudiciales.

En 2013, el presidente del tribunal supremo, Ivor Archie, afirmó que la ley debería tratar el tráfico de drogas y el consumo de estupefacientes de manera diferente:

The burden on the police and prisons and the courts in terms of cost and human resource will be lessened if we focus on the scourge of trafficking, but as long as we have laws on the books we have to enforce them. We must take a long hard look at policy in this area.

La carga en la policía, las prisiones y los tribunales en términos de costo y recurso humano será menor si nos enfocamos en el flagelo del tráfico, pero mientras existan las leyes actuales tenemos que aplicarlas. Debemos analizar cuidadosamente las políticas en este rubro.

De manera similar, el criminólogo local Darius Figuera mencionó que la despenalización alteraría drásticamente la incidencia de los delitos relacionados con la marihuana, y explicó que la rigidez de las leyes actuales han tenido poco o ningún efecto sobre la demanda del estupefaciente para consumo personal:

The reality is that prohibition has failed to dampen demand. In fact, demand in 2019 outstrips demand in the '90s and this demand has exploded because we have a whole digital generation now who makes it clear to you that they have rejected this prohibition talk and insisted that ganja is necessary for their well being.

La realidad es que la prohibición no disminuyó la demanda. Más bien, la demanda en 2019 sobrepasa la de la década de 1990 y ha explotado porque tenemos ahora a una generación digital entera que te explica claramente que rechazan esta charla de prohibición e insisten que la marihuana es necesaria para su bienestar.

Factores económicos

Muchos economistas consideran que despenalizar el cannabis podría tener un efecto significativo en la economía. Un informe reciente de CARICOM reiteró esta idea. Entre otras cosas, el documento recalca cómo deben proceder los países en cuanto a la despenalización (o legalización) dentro de un marco regulado, los beneficios del cannabis como fármaco terapéutico y cómo podría ayudar a impulsar muchas economías de crecimiento lento en la región.

Jamaica, por ejemplo, está invirtiendo en la industria del cannabis medicinal como parte de su diversificación económica y dedicándose más a la investigación científica de las propiedades curativas de la planta. Estudios recientes han sugerido que la industria de la marihuana medicinal tiene el potencial para ser valorada en mil millones de dólares en los próximos años.

La alta demanda y la poca oferta –particularmente para el uso medicinal– significa que los países en busca de cannabis medicinal recurrirán probablemente a las naciones con un potencial próspero de importación y exportación de marihuana. Los productores de cannabis jamaicanos pueden exportar su producto a países como Canadá y alguinos estados de Estados Unidos, donde existe una alta demanda.

Otro factor que vuelve al cannabis en un producto de alta demanda es que puede desarrollarse de manera más natural en climas tropicales como el Caribe. A pesar de que la industria de cannabis jamaicana está dando sus primeros pasos, tiene un potencial enorme –y deja a muchos trinitenses preguntándose si pueden también dejar su marca en una industria en desarrollo.

Usos religiosos

Impulsar una reforma legislativa sobre la marihuana no es un concepto nuevo para los Gobiernos de la región. La comunidad rastafari del Caribe la ha solicitado constantemente con el fin de poder practicar su religión sin temer a ser arrestados: creen que la marihuana es el «árbol de la vida» que se menciona en la Biblia y su consumo forma parte de un ritual que realizan los miembros de la fe para asistir en la meditación, que es la entrada a la espiritualidad.

Líder religioso advierte públicamente sobre el impuslo para legalizar la marihuana.
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¿Selectos líderes religiosos ignoran las creencias de los rastafari? Los hindúes la utilizaron bastante hasta la década de 1960.

Los rastafari han lidiado con la ilegalidad de la marihuana en Trinidad y Tobago por años. El colectivo All Mansions of Rastafari (AMOR) ha presionado al Gobierno para que la despenalice y también la legalice.

Crédito de fotografía: Evieanna Santiago en Unsplash.

San Cristóbal y Nieves despenalizó el cannabis con esto en mente.

Después de que el rastafari Ras Sankof Maccabbee fue arrestado en 2012 por posesión con intención de vender, lo condenaron a pagar una multa y pasar un mes en prisión. Apeló con el argumento de que las leyes sobre drogas del país violaron sus derechos constitucionales de libertad de pensamiento y religión.

Tras ganar el litigio, el tema fue planteado ante el Parlamento. Esto resultó en la creación del proyecto de ley del cannabis, que legaliza la marihuana para propósitos medicinales y despenaliza la posesión de hasta 15 gramos y el cultivo de hasta cinco plantas. La ley también revoca las condenas de quienes fueron recluidos por posesión de cantidades similares.

De manera similar, en Jamaica, los rastafari tienen permitido fumar con propósitos religiosos y pueden cultivar su propia provisión tras obtener el permiso de la Autoridad para el Uso Legal de Cannabis del país (CLA).

Pese a las historias de éxito, algunos todavía temen que la despenalización solo empeorará la situación delictiva en Trinidad y Tobago. Si aprueban esta ley este año, será un acontecimiento histórico.

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